Disertante: Sr. Ministro en el Servicio Diplomático de la República, Don José Antonio García Torres

 

Señor Crl. PNP José Miranda Acero, Presidente de la Asociación de Oficiales de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú

Señores Miembros del Consejo Directivo

Distinguidos Past Presidentes y Presidentes de las distintas Asociaciones

Señores Representantes de los Comandantes Generales de las FFAA y PNP

Distinguidas autoridades

Señores Asociados Titulares, Sociales y Honorarios

Señoras y señores

Quisiera empezar agradeciendo la cordial invitación del Consejo Directivo, para referirme tal vez ,al hecho de mayor importancia de nuestra historia, en el que conmemoramos el ducentésimo segundo aniversario de nuestra independencia.

El hecho de proceder de nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional, nos ha dado la responsabilidad histórica, de cautelar la imagen de nuestras instituciones, en base a los cimientos y trascendencia de nuestra propia historia, como bien indica el artículo tercero del Estatuto de la ADOFAIP y en ese sentido, año a año al conmemorar nuestro Aniversario Nacional, recordamos la evolución de las maniobras tanto del sur como del norte, recordamos a nuestros héroes que desde los inicios de la colonia tuvieron la visión de constituirnos en un país independiente, manejando nuestro propio destino, recordamos asimismo, los detalles de las luchas por la independencia y la consecuente proclamación por el Gral. Don José de San Martín, con la célebre proclama “Desde este momento el Perú es libre e independiente por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que dios defiende. ¡Viva la patria!, ¡Viva la libertad!, ¡Viva la independencia!

Estas palabras representan el anhelo de libertad y soberanía del pueblo peruano, expresando que la independencia no se obtiene por imposición extranjera, sino que es el resultado de la voluntad y el deseo de la población. San Martín reconoció que la independencia del Perú era un logro obtenido gracias a la unidad y la lucha de los peruanos por su autodeterminación.

Si realizáramos un ejercicio y nos ubicáramos en esos años, podríamos entender mejor el transcurrir de los acontecimientos, ¿Cómo era el mundo en esos años?

A inicios del siglo diecinueve, el mundo estaba en un período de grandes cambios políticos y sociales. La mayoría de los países de América Latina todavía estaban bajo el dominio colonial de España, Portugal y otras potencias europeas. Sin embargo, en ese periodo comenzaron a surgir movimientos independentistas en muchos países, como Argentina, Chile, México y, por supuesto, Perú.

En Europa, ya había pasado poco más de 50 años de la Revolución Industrial y, su impacto fue global ,pero fueron los países, monarquías e Imperios dominantes de la época, quienes aprovecharon mejor, permitiendo su rápido crecimiento.

Las ciudades en América experimentaron un rápido crecimiento demográfico y una expansión urbana significativa a medida que las personas buscaban empleo en las fábricas y las industrias emergentes.

En las Colonias, el impacto fue diferente, la expansión del comercio estimuló la demanda de materias primas y bienes manufacturados, lo que llevó a un aumento del comercio internacional. Las Colonias en América, con su abundancia de recursos naturales, se convirtieron en un importante proveedor de materias primas para las industrias en expansión en Europa. Este aspecto es muy importante en el sentido que con el reino español en decadencia, la armada británica jugó un importante papel en América Latina al tratar de desestabilizar a España en un juego de poder, donde los intereses económicos orientaban la política internacional, como veremos más adelante.

Para los primeros años del siglo XIX, los Estados Unidos ya habían declarado su independencia de Gran Bretaña y estaba estableciendo su sistema político como una república federal.

En el contexto cercano, notamos que Inglaterra va desarrollando su influencia en América Latina, dejando una huella importante en varios aspectos. En Argentina, aunque España era la potencia colonial y dominante en la región, Inglaterra, como una potencia marítima y económica en ascenso, mantuvo un interés estratégico y comercial en Argentina, convirtiéndose en su principal socio comercial, proporcionando inversiones y prestamos que ayudaron a financiar el desarrollo económico de Argentina

En el mismo sentido, la influencia cultural de Inglaterra también se hizo presente en Argentina. La presencia de inmigrantes británicos y sus descendientes en el país tuvo un impacto significativo en la sociedad argentina, especialmente en áreas como la educación, el deporte y la cultura. Se establecieron escuelas, clubes deportivos y se introdujeron nuevas tradiciones y costumbres, dejando una marca en la identidad y la cultura argentina, que aún perdura en la actualidad.

Con relación a Chile, al igual que Argentina, Inglaterra fue un importante apoyo económico durante su lucha por la independencia. Durante el siglo XIX, el comercio entre Chile y el Reino Unido se intensificó, especialmente en relación con la exportación de productos chilenos, como el cobre, el salitre y los productos agrícolas.

Otro aspecto fundamental fue la participación de oficiales y mercenarios británicos en las fuerzas independentistas chilenas. Durante la Guerra de Independencia, varios oficiales británicos se unieron a las filas del ejército chileno, aportando su experiencia militar y conocimientos estratégicos. Uno de los nombres más destacados es Thomas Cochrane, un marino británico que jugó un papel fundamental en la Marina chilena y contribuyó a la obtención de importantes victorias navales para los independentistas.

Pero que pasaba en el norte, en la Gran Colombia, conformada por los territorios que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá, quizá por estar más al norte, estuvo influenciado por varios países y factores tanto internos como externos.

Por ejemplo, la independencia de los Estados Unidos y su posterior desarrollo como una república democrática y federal inspiró a muchos líderes independentistas de la Gran Colombia. Los principios de libertad, igualdad y autodeterminación promovidos por la Revolución Americana tuvieron un impacto significativo en las ideas y aspiraciones de los líderes independentistas sudamericanos.

El caso de la Revolución Francesa, también tuvo un impacto en la Sub Región. Las ideas de la Ilustración y los ideales de libertad, igualdad y fraternidad influyeron en los movimientos independentistas y en la búsqueda de una sociedad más justa y democrática. Además, la figura de Napoleón Bonaparte y sus ambiciones expansionistas en Europa llevaron a una mayor inestabilidad en la región, lo que favoreció un ambiente propicio para el surgimiento de movimientos independentistas

La influencia británica también fue relevante en el proceso de independencia de la Gran Colombia. Inglaterra, como una potencia marítima y económica, mantuvo un interés en la región y apoyó indirectamente los esfuerzos independentistas. Además, muchos líderes independentistas encontraron refugio en Inglaterra y recibieron apoyo financiero y diplomático para sus actividades.

Asimismo, la revolución haitiana, que condujo a la independencia de Haití en 1804, tuvo un impacto significativo en el proceso de independencia de la Gran Colombia. Haití se convirtió en la primera república independiente liderada por personas de ascendencia africana en América Latina. Esta revolución inspiró a los líderes independentistas de la Gran Colombia y les dio esperanza de que la emancipación y la igualdad racial eran posibles.

Es importante destacar que, si bien estos países ejercieron una influencia significativa, el proceso de independencia de las Colonias en Sudamérica, también fue impulsado por factores internos, como los líderes independentistas locales, los conflictos internos dentro del imperio español y el deseo de autonomía y libertad de los habitantes de la región.

Asimismo, debemos destacar que sobre todo Inglaterra era muy consiente que para derrotar a España y debilitarla económicamente, el Virreinato del Perú debería alcanzar su independencia, el Perú era la potencia hegemónica en Sudamérica, la más fuerte militar y económicamente y el principal bastión de España.

La lucha por la independencia del Perú fue iniciada desde los albores de la Colonia en todas las provincias del Perú, para finalmente ser liderada por valerosos patriotas como José de la Riva-Agüero, José Olaya, Francisco de Zela, Francisco de Paula González Vigíl, Micaela Bastidas, entre otros y consolidada desde el norte por Simón Bolívar y por el sur por José de San Martín, quien proclamó nuestra independencia el 28 de julio de 1821.

Estos hombres y mujeres arriesgaron sus vidas y fortunas para liberar al país del dominio español. Cabe destacar que la independencia del Perú no fue un evento aislado, sino que formó parte de un proceso más amplio de emancipación en América Latina, como lo hemos visto. Las distintas ideas independentistas, así como las corrientes de opinión a las que nos hemos referido, llegaron  al Perú, en todas las etapas del dominio español.

En el contexto de la época, los poderes económicos desempeñaron un papel significativo en el proceso de independencia. El Perú, como colonia española, era una fuente importante de recursos para la metrópoli. Las riquezas naturales de nuestro territorio, como la plata y el oro, fueron explotadas por España en beneficio propio. Esta explotación generó un sentimiento de injusticia y descontento entre la población peruana, que veía cómo sus riquezas eran saqueadas sin recibir los beneficios correspondientes.

En el caso del Perú, debemos tener en cuenta que el desarrollo de la economía peruana también fue impulsado por la presencia de una clase criolla emergente. Estos criollos, descendientes de españoles nacidos en América, poseían tierras y riquezas que los posicionaban como una élite económica. Sin embargo, a pesar de su influencia y poder económico, muchos de ellos también se unieron a la causa independentista, motivados por la búsqueda de una mayor autonomía y el deseo de decidir sobre su propio destino.

La independencia del Perú tuvo una trascendencia significativa en el contexto mundial. La lucha por la libertad y la independencia que se vivió en nuestra nación inspiró a otros países y movimientos revolucionarios alrededor del mundo. La gesta heroica de nuestros patriotas resonó en los corazones de hombres y mujeres que también anhelaban liberarse del yugo colonial.

Además, la independencia del Perú abrió un nuevo capítulo en nuestra historia. Con la libertad conquistada, nuestro país tuvo la oportunidad de forjar su propio destino y buscar su desarrollo en todos los ámbitos. La independencia marcó el inicio de un camino hacia la construcción de una sociedad más justa y equitativa, donde se respetaran los derechos y las libertades de todos los peruanos.

En la actualidad, nuestra independencia sigue siendo un símbolo de orgullo y unidad para todos los peruanos. Nos recuerda la importancia de valorar nuestra historia, reconocer el legado de aquellos que lucharon por nuestra libertad y trabajar juntos para construir un país mejor.

Sin embargo, también es necesario reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos como nación. A pesar de los avances logrados desde la independencia, aún existen problemas sociales y económicos que debemos abordar. La desigualdad, la pobreza y la exclusión persisten en algunas partes de nuestro país, y es nuestro deber como ciudadanos, seguir luchando por la igualdad de oportunidades y el desarrollo sostenible.

En conclusión, el aniversario nacional del Perú es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra independencia y recordar a aquellos valientes patriotas que lucharon por nuestra libertad. Es un momento para valorar nuestra historia, reconocer los poderes económicos de la época y comprender la trascendencia de nuestra independencia en el mundo.

No obstante, también es un llamado a la acción, a seguir trabajando juntos para construir un país más justo, equitativo y próspero. Hoy, más que nunca, debemos unirnos como peruanos, con el compromiso de seguir construyendo sobre los cimientos que nuestros antepasados nos legaron. En los últimos años hemos notado que en estos doscientos años de independencia en lugar de acercarnos, culturalmente hablando, tratamos de separarnos, en función de la raza, tengamos en cuenta señores que en todo el territorio del Perú, más claro aún, en toda américa, no existe población originaria o nativa, como equivocadamente venimos afirmando. El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), ha reconocido a más de 50 grupos étnicos diferentes en el país. Estos grupos incluyen a los quechuas, aimaras, shipibo-conibo, ashánincas, awajún, wampis, entre otros. Cada uno de estos grupos tiene su propia lengua, cultura, tradiciones y formas de vida, pero la evidencia científica nos indica que su ADN es único, todos de origen mongol que cruzaron de Siberia a Alaskaentreaproximadamente20,000 a12,000 años, durante la última edad de hielo. A ellos sumémosle a los españoles y sus descendientes, los europeos que han llegado en distintas etapas y sus descendientes, los afros descendientes, los asiáticos descendientes, todos ellos señores, han poblado el Perú y todos somos peruanos, con cuya mescla, debemos conseguir nuestra propia identidad, la peruana. Sigamos fortaleciendo nuestros valores de libertad, igualdad y justicia, y trabajando incansablemente por un futuro mejor para todos.

 

¡Viva nuestra independencia!   

 

¡Viva el Perú!